Asegúrate de que esté limpia, seca y libre de polvo, grasa o aceites. Puedes limpiarla con un paño y alcohol isopropílico.
Si la superficie es porosa o metálica, se recomienda aplicar una imprimación bituminosa para mejorar la adherencia.
- Acondiciona la cinta (opcional)
En ambientes cálidos, refrigérala unos minutos para facilitar la manipulación; en frío extremo calienta suavemente para que no se endurezca demasiado.
Mide el tramo a sellar y corta con tijeras o cúter, evitando estirar la cinta para preservar su poder de sellado.
Retira el film protector y coloca la cinta sobre la junta o superficie, alineando bien la capa de aluminio hacia afuera.
Con un rodillo, espátula o tus dedos, ejerce presión uniforme para eliminar burbujas y adaptar la cinta a contornos y relieves.
Para juntas múltiples, superpón al menos 5 cm de cinta.
- Opcional: aplica más capas
Si buscas mayor hermeticidad, añade varias capas, especialmente en grietas profundas o zonas expuestas al agua.
Una vez aplicada, puedes alisar el exceso con agua jabonosa (50/50) en los dedos para un acabado suave y profesional.
Deja que la cinta repose y adhiera bien: lo ideal es dejarla toda la noche o al menos 4 horas antes de exponerla a condiciones extremas